Recordar, casi veinte años después, mi participación en el primer congreso científico al que asistí, en los días previos a la presentación junto a un colega de nuestro trabajo de investigación —requisito para la obtención del título— sobre la detección de patrones de anticuerpos en líquido cefalorraquídeo de pacientes sospechosos de esclerosis múltiple, representa un desafío para la memoria.
En ese momento, mi perfil académico como
estudiante próximo a graduarse se centraba en la integración de la inmunología
y la bioquímica. La tesis de pregrado representó una oportunidad idónea para
combinar ambas disciplinas, ya que desarrollamos un método electroforético para
la detección de bandas Oligoclonales en la región gamma. Este procedimiento
permitía diferenciar de manera efectiva a pacientes con esclerosis múltiple
frente a aquellos con síndrome de Guillain-Barré, patologías que presentan
hallazgos clínicos similares.
En ese momento, nos informamos sobre este
congreso a través de recomendaciones personales, ya que no existía internet y
la temática resultaba especialmente atractiva, pues se centraba en la
inmunología. Además, el evento era gratuito para estudiantes, lo cual era un
factor determinante debido a que no contaba con los recursos para pagar una
inscripción.
Uno de los temas que captó especialmente mi
atención fue el anuncio de una conferencia sobre la Paraparesia Espástica del Pacífico. Considero, con un alto grado de
certeza, que el conferencista era el Doctor Vladimir Zaninovic, destacado
profesor e investigador de la Universidad del Valle. Esta temática me resultaba
particularmente relevante porque uno de los diagnósticos diferenciales de esta
patología, que hasta ese momento desconocía, era la Esclerosis Múltiple.
La Conferencia abordó los hallazgos clínicos
de la paraparesia espástica del Pacífico, término que hace referencia a la
paraparesia espástica tropical (PET), una enfermedad progresiva relacionada con
la infección por el virus linfotrópico humano tipo 1 (HTLV-1). Entre los
hallazgos clínicos presentados por el profesor Zaninovic se reportó un espectro
amplio, caracterizado por debilidad y espasticidad progresivas en una o ambas
piernas, reflejos aumentados, contracciones musculares en el tobillo (clonus de
tobillo) y dolor lumbar, además de dificultades en el control de esfínteres en
ciertos casos.
El Dr. Zaninovic, durante su conferencia,
expuso una casuística relevante de pacientes diagnosticados con Paraparesia Espástica en la ciudad de
Tumaco, en la región del Pacífico colombiano. Los hallazgos clínicos y
paraclínicos observados en estos casos guardan relación con la paraparesia
espástica tropical previamente documentada por otros autores en África,
Martinica, Japón y el sur de la India.
Mientras escuchaba la conferencia, me surgió
la inquietud de si el trabajo de grado que estábamos desarrollando podría, en
el futuro, identificar patrones oligoclonales en el líquido cefalorraquídeo de
pacientes con Paraparesia Espástica.
Posteriormente lamenté no haber aprovechado la oportunidad de plantear esa
pregunta a un investigador de tan alto nivel, quien años más tarde fue
reconocido por la Academia Nacional de Medicina debido a sus aportes al estudio
de esta patología.
Referencias.
- Zaninovic V, Biojó R, Barreto P. Paraparesia espástica del Pacífico. Colombia Med 1981; 12: 111-17.
- Arango C, Concha M, Zaninovic’ V et al. Epidemiology of tropical spastic paraparesis in Colombia and associated HTLV-I infection. Ann Neurol 1988; 23S: 161-65.
- Uribe Ardila, Alfredo & Tonguino, Thommy. (1989). Valoración de la electroforesis en gel de agarosa para la detección de Bandas Oligoclonales en Líquido Cefalorraquídeo. 10.13140/RG.2.2.36490.88008.
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